Guanito: Rep. Dominicana- viaje misionero con niños

Guanito: Rep. Dominicana- viaje misionero con niños

March 11, 2022

Los momentos más inesperados -y difíciles- de la vida tienen la tendencia de acercarnos a Dios. La incertidumbre de lo que ocurre nos hace buscar paz y fuerza en la fuente de toda paz: Jesús. Durante la pandemia y el encierro, eso precisamente hicimos en casa. Nos aferramos a Dios como la fuente de nuestra paz (y esto lo digo con mucha humildad). Y en esa búsqueda de alivio no solo fuimos fortalecidos en la fe y en la convicción de que Dios siempre tiene el control, sino que el plan de Dios para nosotros es siempre de bienestar. Y esa verdad no solamente es para nuestra familia, sino para toda la humanidad que se acerca a El. 

Dentro del encierro tuvimos el tiempo -que hace mucho tiempo anhelaba- para meditar en la palabra de Dios con un corazón hambriento por lo que este momento histórico provocaba en todos. Y nuestra vida fue confrontada, de muchas formas. Una de ellas fue entender la buena intención de Dios con el sentido de comunidad. Vimos la prioridad que Jesús le da al cuerpo, no solo a los miembros -en sus partes. En la fuerza y el poder que yace en la unidad

Dentro de los límites que sentimos en la pandemia sentíamos el deseo inmenso de viajar. Nosotros somos viajeros. Dios nos ha dado la oportunidad de viajar a muchos países del mundo. Viajar es una pasión para nosotros desde bien jóvenes. Disfrutamos conocer personas de diferentes culturas y estrechar lazos con seres humanos que viven en otras condiciones. Claro, también nos gusta ir a estos lugares divertidos que nos distraen del afán diario. Contábamos los días en que la pandemia finalmente nos permitiera volver a viajar. 

Ante la crisis mundial pensábamos en aquellos miembros del cuerpo que se encontraban lejos de su casa, en otros países, llevando el mensaje de Jesucristo. Orabamos por ellos. Nuestra iglesia local ha mantenido una misión en la República Dominicana por muchos años. Hemos aportado de varias maneras a esta misión de la cual nuestra congregación es parte. Sin embargo, esta vez era diferente. 

En el distanciamiento sentimos la ausencia de nuestros seres queridos. Las limitaciones en el contacto con otros dolían. Y cuando finalmente pudimos vernos y compartir nos llenamos de gozo. Y es que cada miembro cumple una función vital para el sostén del cuerpo. Estar juntos y en armonía hace bien. Nunca ha sido el plan de Dios que estemos aislados. "No es bueno que el hombre este solo". Gen. 2:18 "Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas." Ecl 4:12

Todos sufrimos durante la pandemia. Decíamos que el 2020 era de película, y así siguió el 2021. Las tasas de enfermedades mentales fueron altísimas mundialmente. Y el pueblo de Dios se enfrentó a grandes retos. Muchas iglesias cerraron permanentemente. Los líderes de las congregaciones cristianas estaban sobrecargados. Muchos dudaron internamente del poder de Dios para cuidarnos. ¡Muchos reclamamos a Dios por agua!

Leyendo la Biblia vimos que ante las situaciones difíciles, las luchas y las incertidumbres que enfrentaba el pueblo de Israel en el desierto, en un momento de lucha, Moisés debía sostener en su mano y en alto, la vara que Dios le había dado para castigar a los egipcios. Al levantar el brazo, el pueblo ganaba la lucha.

Esta parte de la historia de Israel me encantó: "Por su parte, Moisés, Aarón y Hur subieron a la parte más alta del cerro. Mientras Moisés levantaba el brazo, los israelitas les ganaban la batalla a los amalecitas, pero cuando lo bajaba, los amalecitas les ganaban a los israelitas. Y Moisés comenzó a cansarse de mantener su brazo en alto, así que Aarón y Hur le pusieron una piedra para que se sentara, y se colocaron uno a cada lado para sostener en alto los brazos de Moisés. Así lo hicieron hasta el atardecer, y de ese modo Josué pudo vencer a los amalecitas."

En nuestra humanidad nos cansamos. Pero Dios, el Todopoderoso y amoroso Dios siempre viene a nuestro rescate. He aquí el cuerpo y cada una de sus partes. Aarón y Hur buscaron una piedra para que se sentara, buscaron cuidar a Moisés. Mientras Josué iba a la batalla. Se colocaron uno a cada lado para sostener en alto los brazos de Moisés. Y se mantuvieron juntos en servicio -hasta el atardecer- y de ese modo, pudieron vencer. La soledad y el aislamiento nos debilita. En la unidad del cuerpo hay alegría, apoyo, justicia y poder. 

Mis hijos extrañaban compartir con sus compañeros en la escuela, con sus familiares, hermanos en la iglesia y con sus vecinos. Sin embargo, el vínculo entre ellos se fortaleció mucho porque se necesitaban uno al otro. En el trabajo escolar cuando uno necesitaba del otro, allí estaban ayudándose. No había nadie más. 

Yo tenía muchas más responsabilidades y quehaceres. Necesitaba ayuda de otros. No solo mi esposo y mis hijos se involucraron más sino también recibimos apoyo de amistades. Y ¡qué alivio tan grande sentí! Esta es la bendición del cuerpo que trabaja en todas sus partes para la edificación mutua, para que este funcione adecuadamente. Sabiendo que la cabeza es Cristo. Y El mismo dijo "si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos. Yo, el Hijo del hombre, lo hago así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para dar mi vida por la salvación de muchos.» Mat 20:26

Así que ante este panomara Dios puso en repetidas ocasiones la misión en Guanito, RD en nuestros corazones. Nuestros hermanos allá, sirviendo la Palabra de Dios pensábamos que quizás podrían necesitar alguna ayuda. Y efectivamente así fue. 

Oramos, oramos, oramos. Necesitábamos saber que Dios realmente nos estaba enviando a este viaje junto a nuestros hijos. Una vez las exigencias de la pandemia nos permitieron viajar, nos fuimos de vacaciones. No encontrabamos la manera de llegar a Guanito. Pero el Espíritu de Dios nos seguía llamando a ese lugar. Hablamos con nuestros hijos y los preparamos para este viaje, no de placeres y comodidades, sino para aportar a la misión del evangelio. Sus corazones estaban emocionados por ver lo que Dios estaba haciendo en otros lugares fuera de nuestra iglesia. 

Y no todo fue "alegría y bomba eh". Nos encontramos con experiencias retantes desde antes de salir de nuestro hogar. Pero sabíamos que Dios estaba al control y era quien nos capacitaba. Charles Stanley dice "obedece a Dios y déjale todas las consecuencias a El". ¿Cómo las enfrentamos? Con el tema principal que trabajaría Dios en nosotros a través de todo el viaje: humildad.

Hoy podemos ver que la humildad fue el tema central de nuestra misión en Guanito. Reconocer nuestra debilidad e incapacidad ante el señorío de Dios sobre todo lo que existe y que se expresa en particular en como vivimos nuestra vida  y con los demás. 

Justo a horas de salir de viaje nuestra casa sufrió una rotura en la tubería de agua que vació nuestra cisterna y mi periodo menstrual bajó inesperadamente con mucho dolor en mi cuerpo. En el viaje nos enfrentamos a situaciones sociales muy tristes, vimos personas en mucha necesidad espiritual, pobreza y en adicciones. Dormíamos pocas horas en la noche por el ruido constante y el olor de la quema de basura. Nuestros hijos extrañaban el Internet y la televisión.

Esos momentos de incomodidad nos dieron la oportunidad de poner en práctica el depender y confiar en Dios en todo momento. Dormimos en el piso, en un salón con ventanas abiertas y sin screens. ¡Pudimos someter todo pensamiento a la obendiencia a Cristo! :)

Pero también fuimos rodeados y cercados por la amabilidad de la gente, de la humildad de muchos y el deseo de alcanzar al Maestro. En unas de mis paradas al baño una mujer que iba antes que yo, me ve con mi hija en la fila y me dice "Pase usted por favor, despreocúpese por mí, usted tiene una niña, los niños no pueden esperar mucho". 

Nuestro trabajo en el Señor no fue en vano. Dios nos bendijo para bendecir a su pueblo. Llegamos con la intensión de que Dios nos mostrara las áreas de necesidad que El deseaba que trabajaramos. La Biblia dice que cuando brindes ayuda "no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha" Mt 6:3. Así que eso lo reservo para el Señor. Lo que puedo asegurarles es que lo que Dios nos permitió hacer en Guanito ha sido de bendición para nuestra familia. 

Dios nos llevó a conocer a otros miembros del cuerpo de Cristo que bendijeron nuestra vida. Nos permitió hablar sobre su poder, su obra en nuestra vida como pareja por casi 22 años. Nos permitió asegurarle a los niños que Jesús los ama, nos permitió a mi esposo y a mí orar cada uno con los hombres y las damas de la congregación. 

En fin, Dios nos permitió servirle a nuestras hermanas misioneras de la mejor manera en que pudimos desde nuestro corazón. Yo agradezo a Dios esta oportunidad que enriqueció y abonó mi vida en cada plato de comida que pude cocinar, al aliviar la carga de mis hermanas reflejado en sus pies, cada charla o conversación para ventilar, reírnos y hablar del amor de Dios para con nosotras. 

Nos fuimos llorando. Llorando por despedirnos de estos hermanos. Pero nos acordamos que somos un cuerpo. Que nuestro Dios es la cabeza y El coordina cada parte para que trabaje en armonía; y que por siempre estamos unidos en El. Lo que espera de nosotros es nuestra disponibilidad. Nuestra humildad para servir con lo que somos y tenemos

Llegamos a casa con el corazón más grande. Fuimos testigos del poder de Dios. Cuando tuvimos la oportunidad de ministrarle a los hermanos, mi periodo mentrual paró, no hubo más flujo de sangre.

En Guanito vimos a los hermanos alabar a Dios con sencillez, cantan con todo su corazón sin arreglos musicales, todos son cantores. Los hermanos llegan a la iglesia a conocer a Dios y a oír del Señor con alegría. No hay relojes ni prisas. Los pastores trabajan con amor y entusiamo; sirven en muchas áreas, desde llevarles alimentos y compra a los hermanos hasta llevarlos al médico, buscarles medicinas, comprarles ropa, hacen sus cumpleaños, les dan consejería, entre muchas cosas.

Así que cuando finalmente llegamos a casa, mi hijo salió de bañarse y me dijo "Mamá, mientras me bañaba le di gracias a Dios por el agua caliente." Yo me reí y el se quedó serio. Me dijo "Yo no había pensando en eso antes. No la necesito, pero que bueno que la tenenemos." Entonces yo lloré.

Conocimos de antemano que podemos vivir con menos de lo que tenemos, que la disciplina de Dios no nos hace daño, en realidad nos sana. Que nuestra actitud debe ser de humildad, con corazones enseñables. Que nuestra dependencia a Dios debe ser diariamente. Que mientras hay más necesidad más nos acercamos a Dios y hay mayor bendición espiritual. Que en la congregación lo que necesitamos es a Dios, alabarle de corazón y meditar en su palabra, lo demás sobra. 

Finalmente, que la iglesia no es el edificio donde nos reunimos, somos nosotros que tenemos que salir, es un cuerpo vivo y activo que representa a Cristo, con un propósito y una intención de amar mediante el servir. Que nos edificamos mutuamente y producimos. Que en experiencias juntos hacemos crecer en nosotros el carácter de Cristo y se produce el fruto del Espíritu y una cosecha para el reino mientras nos preparamos para vivir en la presencia de Dios.

Nosotros fuimos a servir con lo que Dios nos ha dado reconociendo que lo que nos ha dado es para eso. Cuando Jesús nos mandó a ir y llevar el evangelio dijo esto  "Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo." Mat. 28:19-20 

Todos aprendimos que cuando salimos a bendecir, somos más que bendecidos. Y que Jesús, quien gobierna todas las cosas, siempre esta con nosotros, con su cuerpo, su iglesia. 

Si en tí arde el deseo de ir a servir a otros, hazlo. Y comienza en tu casa. Si tienes hijos, no temas salir a servir con ellos. NO LOS APARTES DEL SERVICIO. No permitas que otros te hagan creer que no es bueno o no es seguro. Créele a Dios. Recuerda: "Obedece a Dios y déjale todas las consecuencias a El". 

 

 

Ps. La iglesia en Guanito,Rep. Dominicana se llama Iglesia Bautista Renacer, queda cerca de la colindancia con Haití. Es una misión muy activa en formar discípulos para Cristo y en servicio a la comunidad en general de Guanito. Podemos colaborar con nuestras oraciones para con ellos y con aportaciones económicas que les facilita seguir bendiciendo esta comunidad. En Guanito no hay muchos empleos y algunas personas están sujetas a los cambios de gobiernos para mantener sus empleos. Son personas muy trabajadoras. Si desas hacer alguna aportación puedes hacerlo directamento con nuestra iglesia Bautista de Palmer en PR llamando al  787-887-2161 y especifíca que deseas aportar a la misión en Guanito, RD, También puedes hacerlo por PayPal o Ath Móvil.

 

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